Pollo al ajillo con salsa de almendras

Son la 7 de la mañana, ya se van adentrando las primeras luces entre los resquicios de las ventanas de un pequeño apartamento donde en unas horas entrará el sol a raudales y es que ya es primavera en París.

En unas horas sus calles se llenarán de luz, color y sobre todo de gente paseando tranquilamente o sentados en alguna terraza a las orillas del Sena, es domingo, día de tranquilidad de disfrute familiar y de amigos como en el caso de Pierre que se afana a vestirse para reunirse con sus amigos en el río donde practicarán remo hasta bien entrada la mañana.
Después del duro esfuerzo se reunirán con el resto en la terraza del Restaurante Fournaise en la isla de Chatou donde escapan cuando pueden del ruido de la ciudad.

Una vez acomodados M Faiurnaise, el dueño, sale a recibirlos con una amplia sonrisa escondida detrás de su bigote, les anuncia que para ese día tiene un plato especial, algo que seguro va a ser de su agrado y se vuelve a su cocina sin descubrir de que se trata, Pierre mira a Aline, está preciosa con su nuevo sombrero y siempre sonriente cuando juega con su fiel compañero.
A los pocos minutos M Faiurnaise sale cargado con una gran bandeja humeante que por donde pasa va dejando un rastro que todos los allí presentes aspiran y deleitan.

- ¿Que es? van preguntando a su paso.
- "Poulet ail avec sauce aux amandes" (Pollo al ajillo en salsa de almendras), !c'est magnifique!!, responde con su amplia sonrisa y su voz de barítono.

Cuando posa la bandeja en la mesa todos aspiran el aroma que desprende y sonríen con satisfacción, empiezan a servirse las raciones en sus platos que junto a las ensaladas el queso y el buen vino pasaran gran parte del domingo para terminar con unos grandes racimos de uva que irán comiendo grano a grano mientras disfrutan de una distendida charla sobre pintura, moda, política o deporte.

Al caer la tarde regresarán a París y a sus casas felices de haber pasado este día maravilloso junto a sus amigos y es que el sol de esta ciudad tiene algo especial, alegra los corazones.
Pierre ya en su casa, evoca momentos del día y recuerda con agrado el sabor de la deliciosa comida pero sobre todo del "Pollo al ajillo con salsa de almendras" que su amigo y propietario no ha querido desvelar su receta, sonríe.

Y así como si de un cuadro se tratase Pierre-Auguste Renoir recuerda el día hasta que le vence el sueño.

                       "El almuerzo de los remeros" de Pierre-Auguste Renoir (1880-81).

Pollo al ajillo con salsa de almendras

Ingredientes: (4 pers).

• 1 pollo cortado para salsa.
• 100 gr de almendra cruda.
• 4 dientes de ajo.
• 250 ml de agua.
• 250 ml de vino blanco.
• Harina para rebozar el pollo.
• Sal.
• Pimienta.
• Aceite de oliva virgen extra.

Preparación:

1. Si no lo hemos hecho cortar el pollo en trozos pequeños para salsa, quitar toda la piel, lavar, secar con papel absorbente y salpimentar al gusto.
2. Pasar el pollo por harina.
3. Poner al fuego una sartén o cacerola grande, cubrir el fondo con aceite de oliva y calentar. Cuando esté bien caliente freír hasta que quede bien dorado el pollo, sacar y reservar.
4. En la misma cacerola, freímos los ajos cortados en trozos muy pequeños cuando vaya cogiendo color añadimos las almendras que habremos machacado con el mortero sin llegar a picar del todo.
5. Una vez todo esté bien dorado añadimos el agua y el vino, cuando comience la ebullición añadimos el pollo que tenemos reservado, bajamos el fuego y tapamos.
6. Dejamos así 10 minutos dándole vueltas de vez en cuando, destapamos, subimos el fuego y dejamos que se evapore el caldo sobrante hasta obtener una salsa ligeramente espesa.

Servir caliente acompañado de la guarnición que más nos guste, patatas fritas, ensalada o una buena parrillada de verduras.

!Bon Appetit!